La ya anunciada dimisión del alcalde de ses Salines, Sebastià
Vidal, no ha cogido por «sorpresa» a los partidos políticos locales
que a su vez afirmaron que «era cuestión de tiempo». Algunos, por
su parte, expresaron su «satisfacción y alegría por la salud del
pueblo saliner». Era la crónica de una muerte anunciada.
Los socios de gobierno de Vidal, UM y SU, conocieron la noticia
una hora y media antes de la mano del teniente de alcalde y número
dos del PP, Rafel Serra. Tanto Antoni Caldentey (UM) como Joan
Bauzà (SU) no daban crédito a que el anuncio se realizara en Palma
y de una manera tan «precipitada». Desde UM, Antoni Caldentey
mostró su «sorpresa» y anunció que la dimisión del alcalde Vidal
«abre un abanico de posibles situaciones que deberemos analizar en
su debido momento». «Se veía venir, pero no tan de sopetón ni tan
deprisa» añadió Caldentey. «Ahora, la responsabilidad recae en el
número dos del PP, Rafel Serra». Preguntado por la posibilidad de
que él mismo accediera a la Alcaldía -que ya ostentó durante seis
años-, el regionalista afirmó que «volvería a ser alcalde de ses
Salines si la gente me lo pide y si el objetivo es mejorar la
situación en que está inmerso el municipio».
El portavoz de SU, Joan Bauzà, afirmó que «nos da igual quien
sea el próximo primer edil, tanto si es Caldentey como Serra, ya
que yo no me considero saliner. A mí lo único que me importa es que
las inversiones pactadas para la Colònia de Sant Jordi, que
ascienden a 300.000 euros, lleguen a buen puerto por el bien de
nuestra localidad». Bauzà dijo: «Que el PP y UM se arreglen entre
ellos porque de la Colònia nos encargamos nosotros».
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