La batalla que se libró ayer en Santa Ponça no fue entre Partido
Popular (PP) y Unió Mallorquina (UM). Los políticos cedieron el
protagonismo a las tropas de cristianos y sarracenos, aunque bien
podían haber sido ellos quienes realizasen la representación tal y
como están las cosas. Ayer, a nivel político, reinó la
tranquilidad. Ni populares ni nacionalistas de Calvià mantuvieron
reuniones entre sí ni con los suyos. En Calvià, la situación se
encuentra ahora mismo en punto muerto. El pacto no se ha roto
oficialmente, pero ninguno de los dos está dispuesto a ceder.
El Partido Popular ya ha contestado a Unió Mallorquina que no
está dispuesto a prescindir del voto del tránsfuga Joan Thomàs, con
lo cual ni se ha planteado seguir negociando la redistribución de
las áreas. UM, por su parte, considera un requisito indispensable
consensuar todos los asuntos municipales y no depender del voto del
tránsfuga. Así las cosas, entre PP y UM de Calvià no hay más que
hablar. Las negociaciones están rotas. En esta situación, sólo la
intervención de las cúpulas de los partidos pueden hacer retomar
las conversaciones y reconducir el pacto, aunque sorprende la
tranquilidad con que han reaccionado las direcciones de los
partidos que todavía confían en que algo pueda cambiar en Calvià.
Ayer, el president del Govern, Jaume Matas, centrado en el debate
sobre la financiación sanitaria que se desarrolló en Madrid,
prefirió no hacer declaraciones al respecto.
Por parte de la directiva del PP, aun se confía en que se
retomen las conversaciones entre los partidos del pacto de Calvià
la próxima semana, pero Carlos Delgado se mostró muy seguro el
viernes al hacer público el acuerdo de la junta local del PP de no
aceptar las exigencias de Unió Mallorquina. De hecho, la reunión
entre el popular Carlos Delgado e Isidre Cañellas (UM) duró quince
minutos porque ya no tenían más que hablar. Cañellas tras el
encuentro amenazó con la ruptura del pacto en vistas de la
situación que se ha creado. «Es muy complicado seguir en un equipo
de gobierno para estar casi de mera comparsa». Así es, aunque
siguiera manteniendo el pacto, su opinión no serviría de mucho si
el PP cuenta con el voto del tránsfuga Thomàs, quien a pesar de
estar fuera del gobierno sigue manteniendo el mismo despacho.
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