Este verano ocurrió lo que ya estaba previsto. El tránsito de la
nueva autopista desde s'Arenal a Llucmajor saturó la carretera
hacia Campos. Las cifras así lo ponen de manifiesto.
La construcción de un carril cero en la rotonda que distribuye el
tráfico al final de la autopista, que se ha retrasado por problemas
de expropiaciones, solucionará el problema del embudo, pero la
carretera seguirá sin poder absorber el tráfico en los meses
estivales.
Según datos facilitados por el director Insular de Carreteres,
Gonzalo Aguiar, el tráfico que transcurre por la vía que conecta
los municipios de Llucmajor y Campos creció en el mes de agosto un
10,9 por ciento. En total, 683.000 vehículos circularon por esta
carretera durante el mes con más afluencia de turistas, frente a
los 616.000 que transitaron el mismo mes del pasado año.
Tal y como se había augurado durante la construcción de la vía
rápida, el tráfico de la autopista se encontraría con un cuello de
botella al llegar al final de la misma en dirección a Campos, pero
además la carretera a este municipio resultaría insuficiente para
absorber el elevado volumen de coches.
Esta carretera constituye una vía de comunicación importante ya
que es paso obligado para desplazarse a las zonas turísticas de sa
Ràpita, ses Covetes, es Trenc, Colònia de Sant Jordi, o hacía los
núcleos de costeros de Felanitx o Santanyí. Además, la autopista
hasta Llucmajor ha potenciado el uso de este eje vial.
Desde el Consell de Mallorca, en principio, no son partidarios
de prolongar la autopista hasta Campos como reivindicaban los
alcaldes de la zona, pero sí que en el futuro podrían plantear el
desdoblamiento de la carretera si el aumento de tráfico lo hace
necesario.
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