UM emplaza a Matas a zanjar la crisis de Calvià antes de diez días

Después de que durante la última semana la fragilidad del Pacte per Calvià se haya visto agudizada a expensas de que el alcalde de Calvià, Carlos Delgado (PP), en contra de la voluntad de su partido, ha preferido hacer uso del voto tránsfuga de Joan Thomàs para sacar adelante acuerdos de gobierno en vez de consensuarlos con su socio de gobierno, Isidre Cañellas (UM), la formación nacionalista se vio ayer obligada a convocar a su órgano ejecutivo para tratar de dar con una solución de urgencia que corte la hemorragia que está desangrando el pacto de gobierno que PP y UM suscribieron tras las elecciones de 2003.

Tras varias horas de reunión, la ejecutiva de UM emitió una escueta nota informativa en la que la formación nacionalista dice entender que antes del próximo plenario del Ajuntament de Calvià el PP -sea a nivel local, insular o regional- dará pleno cumplimiento a los compromisos asumidos por el president Jaume Matas, que son los siguientes: el íntegro cumplimiento del acuerdo PP-UM en Calvià y el cumplimiento de todos los puntos del Pacto Antitransfuguismo firmado a ámbito estatal y que compromete, en especial, a impedir la utilización de tránsfugas para constituir, mantener o cambiar mayorías de gobierno, y a no brindar apoyo a ninguna iniciativa que provenga de los mismos.

Pero la cosa no acabó aquí. 24 horas después y tras llamar «loco» a Isidre Cañellas, Delgado se jactó públicamente de haber hecho uso del voto tránsfuga de Joan Thomàs afirmando que se sentía «orgulloso» de haberse «apoyado» en el ex edil nacionalista para aprobar los dos puntos de la orden del día que se elevaron a pleno.

No obstante, el alcalde también manifestó estar dispuesto a renegociar con Cañellas el Pacte per Calvià, aunque volvió a dejar meridianamente clara su voluntad de no evitar que el tránsfuga vuelva a alinear su voto con el de los concejales del PP. «No podemos evitar que Thomàs haga uso de su de derecho constitucional de votar», añadió.