Imagen de un grupo de trabajadores del Hotel Galatzó manifestándose ante el Consolat de la Mar.

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Los trabajadores del Hotel Galatzó siguen sin ver un euro. Siete meses después de que la dirección general de Treball del Govern balear, la Unión General de Trabajadores (UGT) y la sociedad alemana Aachenmünchener Lebensversicherung AG (acreedora hipotecaria de Internacional Balear S.A., empresa propietaria del Hotel Galatzó) firmaran un acuerdo para indemnizar a los aproximadamente 150 empleados del citado establecimiento hotelero de Peguera, ninguno de ellos a percibido todavía dinero alguno.

En el acuerdo alcanzado el 23 de mayo de 2005 las partes firmantes se comprometieron a que el importe total de la suma de todas las indemnizaciones -que se haría efectiva por la extinción de la relación laboral de todos los empleados del hotel- ascendiera a un importe bruto total de 2'5 millones de euros, a razón de 35'47 días de salario por año trabajado.

No obstante, según los trabajadores del Hotel Galatzó, la Aechenmünchener Lebensversicherung AG «todavía no a cumplido con su parte del acuerdo, la de pagar». «Han pasado muchos meses y en este momento continuamos dentro de un nuevo expediente de regulación de empleo que finaliza el 31 de diciembre (mañana), que si nadie lo remedia puede prorrogarse hasta el próximo 16 de enero», manifiestan la mismas fuentes.

Desde que el 29 de noviembre de 2002, la entonces empresa explotadora del hotel propiedad de Internacional Balear S.L., FA Costil S.L., iniciase un expediente colectivo de suspensión de los contratos de trabajo, y dos días después cerrase el establecimiento para acometer una serie de reformas y ya no volver a abrir jamás; los trabajadores del Galatzó continúan «sin trabajo, sin despidos y sin las indemnizaciones acordadas y refrendadas», denuncian.

La situación de algunos de los afectados por el cierre de Hotel Galatzó se ha convertido en un asunto, cuanto menos, delicado. Tal es el caso de Salvador, a quien con 62 años y una salud maltrecha se le ha terminado el paro y frente a las nulas posibilidades de encontrar trabajo por la edad ha tenido que acogerse a las ayudas a mayores de 52 años. «Muchos pensamos en el mes de mayo que, una vez firmado el acuerdo, todo se habría solucionado», se lamenta Salvador.