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Una intensa e inesperada lluvia deslució ayer tarde las Beneïdes y la tradicional bajada del cuervo desde la iglesia de Mancor, que cada año los vecinos celebran con motivo de las fiestas de Sant Antoni. Un año más el cuervo conocido por todos los mancorins con el nombre de Rasputín fue el protagonista de esta antigua celebración.

Según explicó ayer un miembro de la familia Alba Mateu, que son los propietarios del cuervo, desde siempre Mancor ha celebrado esta fiesta y desde hace unos 26 años aproximadamente Rasputín protagoniza el descenso. Pasadas las cuatro de la tarde, Rasputín bajó rápidamente por una cuerda atado con un arnés a sus pies hasta llegar a una pequeña casa de madera situada en la plaza donde Sant Antoni y Sant Pau lo recogieron y le dieron un trozo de pan.

Los propietarios se encargaron de tranquilizarle ya que con la bajada y el ruido de la gente se puso nervioso. Posteriormente, participó en las tradicionales Beneïdes en las que no faltaron algunas carrozas. «Es muy bueno, Rasputín sabe incluso decir su nombre y es muy querido por toda nuestra familia», comentó Manuel Alba.