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Los vecinos de Sant Llorenç que viven en la calle Mossèn Galmés, el tramo de la carretera Palma-Cala Rajada en su paso por el núcleo urbano, han trasladado su preocupación al alcalde de la localidad, Mateu Puigrós, por el peligro que supone el exceso de velocidad de los vehículos que ahora circulan por este tramo de carretera. Una problemática que se ha registrado desde que se inauguró la variante a finales del año pasado.

Así lo explicó el alcalde de Sant Llorenç que añadió que «desde el Ajuntament ya se han hecho una serie de pasos para conseguir la reordenación del tránsito en este tramo de carretera».

El objetivo de la nueva variante era desviar los vehículos fuera del casco urbano para que de esta manera los vecinos ganaran en tranquilidad y seguridad. Ahora hay mucho menos tráfico en esta calle pero el problema según explican los vecinos radica en que «ahora los que utilizan esta calle circulan a gran velocidad con los riesgos que todo ello supone».

El alcalde exponía que «hemos recibido muchas quejas de vecinos manifestándonos su preocupación al respecto. Creemos que el tema está en vías de encontrar una solución».

Así el Ajuntament de Sant Llorenç ha solicitado al departamento de carreteras del Consell de Mallorca poder instalar bandas sonoras en diferentes puntos, aparcamientos semestrales a cada lado de calle y parada de bus escolar para reducir la velocidad de los vehículo y la intensidad de circulación en esta calle.

Puigrós manifestó que «desde el Consell de Mallorca nos han informado que esta autorización llegará en breve, que en pocos días se remitirá el permiso con las prescripciones pertinentes y de esta manera poder tranquilizar a los vecinos pues la seguridad es un tema de primer orden».

Asimismo ésta es una de las mejoras que han solicitado los vecinos en el Plan de Acción de la agenda Local 21. La variante de Sant Llorenç ha conseguido sacar fuera del núcleo urbano alrededor de 10.000 vehículos diarios.