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MARTA MEDRANO
Por Maria no pasa ninguna autovía de nueva construcción ni existe tampoco una conexión de transporte público directa con Palma. Aún así este pueblo del Pla de unos 2.000 habitantes vive un «boom» constructivo que ha obligado al alcalde, Antoni Mulet, del PP, que gobierna junto a Unió Mallorquina y al edil del grupo mixto Jaume Mestre, a apostar por una moratoria en la concesión de licencias urbanísticas en suelo urbano que, tal y como establece la ley, se decretará por un año y se podrá prolongar durante otro año más.

El equipo de gobierno quiere que la moratoria esté vigente hasta que quede aprobada la revisión de las Normas Subsidiarias del municipio, que datan de 1997, y su adaptación al Plan Territorial de Mallorca, todavía pendiente. Según fuentes municipales en el último año y medio diversos promotores han solicitado unas 105 licencias de obra. Una situación que podría multiplicar en poco tiempo la población del municipio, como reconoce el alcalde. «En Maria hay muchos solares vacíos y se están pidiendo licencias para hacer muchos adosados plurifamiliares. Nuestra intención es que sólo se puedan construir dos casas por solar, porque sino la población se podría multiplicar en pocos años y faltarán aparcamientos, plazas escolares y otros servicios básicos», explicó Mulet.

Actualmente la mayoría de viviendas están en construcción o en proyecto y lo más probable es que tengan como compradores al colectivo de ecuatorianos, muy numeroso en Maria o a mariandos que residen en Palma y van al pueblo el fin de semana.