Muchos jóvenes se lanzaron al agua. Foto: J. SOCIES

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JOAN SOCIES Por segundo año consecutivo los patos de la tradicional suelta de la Colònia de Sant Jordi han sido de plástico, pero este año las aves lucían variados colores, hecho que creó disparidad de opiniones entre los coloniers y veraneantes que se acercaron hasta el lugar de la suelta de las patos.

Este año soltaron hasta ochenta patos de goma de los cuales la mitad tenían premio. Así, después de que el año pasado hubiera entre los premios un viaje, y noches en algunos de los hoteles de la Colònia, este año tal y como señaló el alcalde, Sebastià Burguera, «los premios son más austeros». Así había un pato con 50 euros de premio, tres con un premio de 30 euros, otros tres con 20 euros de premio, los patos de goma premiados con 10 euros también eran tres y finalmente había 30 patos con un premio de cinco euros.

Las autoridades también lanzaron desde el llaüt unas 12 botellas de cava y media docena de melones. Pero a pesar de esta mengua de premios, los vecinos y veraneantes, muchos de ellos de Porreres y Montuïri, principalmente, disfrutaron un año más con l'amollada de los «animales», aun cuando todavía se podían oír algunas voces contrarias a los patos de goma y que recordaban la emoción que suponía la suelta de animales vivos, puesto que «ahora cuando tiran el pato todavía no ha llegado al mar y ya lo han cogido, estos no huyen ni vuelan».