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J.S. El santuario de Cura en Algaida acogió la tradicional celebración de la Mare de Déu de Cura y la posterior bendición de los frutos, un acto que se viene celebrando desde el siglo XVI, y que este año se pudo celebrar con normalidad después de que el año pasado la lluvia impidiese su desarrollo.

Muchos vecinos de la comarca, principalmente de Algaida asistieron a la misa en Cura. Hasta la cumbre de Algaida algunos se desplazaron en coche, aunque numerosos fieles se aventuraron a realizar el recorrido a pie, aprovechando el día soleado que ofrecía el Pla de Mallorca.

La fiesta comenzó a las doce de la mañana con la celebración de la Eucaristía en la pequeña iglesia de Cura, que se llenó hasta el punto que muchos feligreses tuvieron que seguirla de pie. La misa, que fue concelebrada por el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, también contó con varios sacerdotes, así como con la presencia de las autoridades locales encabezadas por el alcalde de Algaida, Francesc Miralles.

Una vez finalizada la celebración, comenzó la procesión de los fieles hasta el patio exterior, para realizar la bendición de los frutos y la plegaria que se realizó mirando los cuatro puntos cardinales de Mallorca para sí bendecir a los campos de toda la Isla para que produzcan frutos en abundancia. La fiesta concluyó con el regreso en procesión a la capilla de Cura, donde los fieles cantaron los gozos de la Mare de Déu.