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M. JOY /LL. GARCIA Un centenar de personas, representantes de entidades culturales y cívicas del Valle, así como pertenecientes a diversos partidos políticos, y otras a título particular, se dio cita el martes noche en el Casal de Cultura-Museo de Sóller para constituir una plataforma que tendrá como objetivo luchar para que no se haga realidad la partida de la ciudad de los Misioneros de los Sagrados Corazones.

La noticia, publicada la semana pasada por este diario, se recibió con mucha sorpresa en Sóller y unos días después ya han sido numerosas las personas que han manifestado su opinión contraria a que, después de tantos años, la comunidad religiosa del Convent deje el Valle.

Durante la reunión del martes se acordó la constitución de dos grupos de trabajo que tendrán diversos objetivos y, en primer lugar, intentar que la orden religiosa reconsidere su decisión de abandonar la presencia física continuada en el Convento.

En todo caso, uno de los motivos principales de la constitución de la plataforma es evitar la partida del hermano Rafael Orell, hijo adoptivo de la ciudad y persona muy estimada por la gran mayoría de los habitantes del Valle. Incluso, durante la reunión, surgieron diversas iniciativas para que, en caso que la comunidad finalmente se vaya, evitar la partida del religioso.

Entre las propuestas, está la de que el Ajuntament le proporcione una plaza en la residencia de mayores con el fin de que pueda seguir cuidando como hasta ahora de la iglesia y del culto al Sant Cristet o, simplemente, que pueda seguir entre los vecinos y fieles que tanta estima le tienen, una voluntad que, según parece, él mismo ha manifestado. También se habló de proponer que, aunque el hermano tenga que irse de Sóller, «que solamente sea para dormir, pero que pueda seguir acudiendo diariamente a su iglesia del Convent, donde los feligreses le encuentran ahora a diario atendiendo».

La plataforma empezará a recoger firmas en la plaza Constitución este mismo sábado con el objetivo de presentarlas «ante las más altas jerarquías de los Misioneros de los Sagrados Cors», aunque reconocen que será difícil convencer a los responsables de la congregación de que dejen quedarse en Sóller al religioso.