La variante inaugurada hace dos meses apenas tiene tráfico de coches, como puede observarse.

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A punto de cumplirse dos meses desde que el pasado 27 de junio la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol, inaugurara acompañada de las autoridades insulares y locales la segunda fase de la nueva variante del Port de Pollença, una carretera que debía despejar de vehículos la primera línea del Moll, lo cierto es que la circunvalación apenas asume tráfico y, hoy por hoy, la mayoría de conductores siguen utilizando en sus desplazamientos la vieja carretera de Alcúdia al Moll, todavía saturada de vehículos.

Para tratar de cambiar esta dinámica, el Ajuntament de Pollença, comenzará esta semana las primeras pruebas de semipeatonalización en la primera línea de mar. La Policía Local ultima estos días la instalación de las nuevas señalizaciones con las que se limitará el acceso de vehículos, desde las nueve de la mañana hasta aproximadamente las diez de la noche.

Horarios
«Todo estará en pruebas, de manera que se podrá ir ajustando a las necesidades posteriormente», explica el alcalde, Joan Cerdà, quien avanza que «en principio, la idea es la de permitir aparcar desde las diez de la noche hasta las nueve de la mañana, hora a la que deberá despejarse la calle».

El Ajuntament de Pollença negocia, además, con las conselleries de Industria y Mobilitat del Govern de les Illes Balears la realización de un estudio de movilidad en profundidad que permita conocer los efectos que la circunvalación y la semipeatonalización de la primera línea de mar tendrán sobre todo en el tráfico del Moll.

Ahora lo que más preocupa a las autoridades municipales es que la semipeatonalización de la primera línea cree un gran problema de aparcamiento en la zona y es que, actualmente, se puede aparcar a lo largo de casi todo el paseo, en la zona de playa en ambos sentidos de circulación.

La nueva variante del Moll sólo tiene aparcamientos en los viales de servicio del primer tramo (a su paso por la urbanización de Gotmar), pero en el resto del recorrido (la zona más próxima a Llenaire) se suprimieron los viales con aparcamientos con el objetivo de minimizar el impacto paisajístico del proyecto inicial, al tratarse de una zona menos urbana, más próxima a s'Albufereta.