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A.P. Hasta seis reyes magos recorrieron ayer las calles de Maria repartiendo regalos entre los más pequeños. Por una parte, la Cabalgata oficial, la que organizaba el Ajuntament, y, por otra, la Cabalgata de los Quintos.

El hecho de que hubiera dos cabalgatas se explica por el pulso que han mantenido Quintos y Ajuntament durante las dos últimas semanas a raíz de las gamberradas -o inocentadas- que los jóvenes perpetraron los últimos días del pasado año.

Aunque las dos comitivas reales no llegaron a cruzarse, ambas estuvieron repartiendo los regalos simultáneamente entre las once y media y la una del mediodía. Sus Majestades del Ajuntament empezaron su recorrido a las nueve de la mañana y lo finalizaron a la una, mientras que el de los Quintos se inició a las once y media y lo acabaron a las tres. Un agente de la Policía Local acompañaba cada comitiva.

Los Reyes de los Quintos, que iban a pie, repartieron «un centenar y medio de regalos», según los jóvenes, mientras que la oficial repartió el resto. «El noventa por ciento de mariandos había confiado sus regalos a la comitiva del Ajuntament», aseguraron fuentes municipales.

Aunque los dos grupos no se cruzasen, algunos pequeños de Maria vieron hasta seis reyes magos. La decepción les llegó cuando comprobaron que, en algunos casos, Sus Majestades pasaban de largo por delante de su casa y no les dejaba ningún regalo. Estos niños recibieron su presente de la posterior Cabalgata.

Esta situación motivó las quejas de algunos vecinos, que no dudaron en señalar que con el conflicto no habían ganado ni los Quintos ni el Ajuntament, sino que «han perdido los niños».

El alcalde, Antoni Mulet, justificó haber permitido la cabalgata de los Quintos «para que ningún pequeño de Maria se quede sin su regalo».