Todo está a punto en la zona húmeda de la Gola para abrir a las visitas, salvo un solar pendiente de desalojo.

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Es es Carnatge de Pollença. Durante décadas, los vecinos del Moll han reivindicado la recuperación del viejo humedal de la Mola convertido en vertedero, prácticamente la única zona virgen de la primera línea del Port de Pollença, un auténtico pulmón verde en medio del urbanismo turístico y residencial.

El Ajuntament de Pollença desclasificó la zona en 1989, pero no llegó a ejecutar las correspondientes expropiaciones, el torrente se convirtió en lodazal y la chatarra se acumulaba a lo largo de toda su extensión. Llegados a este punto, la transformación del humedal de la Gola en un parque medioambiental se convirtió la legislatura pasada en uno de los proyectos estrella del pacto local entre el PP y UM. El Ajuntament y la Conselleria de Medi Ambient crearon un consorcio encargado de dar forma al proyecto que se incluyó en el convenio de litoral que suscribieron el Govern y el Ministerio de Medio Ambiente.

Comenzaron las operaciones de dragado en la zona de dominio público (7'5 hectáreas) al tiempo que se expropiaban los terrenos precisos para completar el proyecto en el futuro incorporando la zona de pinar y de garriga. Se instalaron pasarelas, se habilitaron caminos, nueve observatorios para las aves... El proyecto culminó con la instalación de un aula educativa a modo de centro de interpretación. De eso hace, ya casi un año pero ningún vecino ha pisado hoy por hoy el espectacular recinto virgen, aún pendiente de la inauguración oficial.

El consorcio de la Gola lleva meses retrasando la inauguración oficial del recinto, pendiente de que la Justicia ordene el desalojo de un vecino, que ocupa indebidamente un solar situado en pleno centro del parque, a pocos metros del centro de interpretación. Lo más curioso del caso es que dicho solar es además el resultado de una operación irregular de desecación de la zona de dominio público. El actual propietario, que ocupa el solar con materiales de obra, está obligado al desalojo. Pero la Justicia lleva su tiempo.

A todo ello se le suma el problema de que la empresa adjudicataria de las obras de la Gola no realiza el mantenimiento de la parte del proyecto ya finalizada, dado que el consorcio no recepcionará la obra hasta que ésta esté completa. El parque se deteriora, antes de ser inaugurado y Ajuntament y Govern comienzan a plantearse una apertura parcial.