Los ediles Maribel Frutos y Guillermo Veny se entrevistaron el pasado viernes con responsables del Servicio de Urgencias y Emergencias Sanitarias 061 para presentar nuevamente las razones que impulsan su petición de la ambulancia fija en Llucmajor. «Una vez más regresamos sin un compromiso real, y más bien con sensación pesimista sobre esta necesidad objetiva», explicó Veny.
Todos los grupos políticos con presencia en el Ajuntament suscriben la necesidad de una ambulancia, en el pueblo y/o en s'Arenal, por razones que entienden incontestables: una población censada superior a las 35.000 personas, que en época veraniega se triplica, y las enormes dimensiones del término municipal.
«A ello cabe añadir -señala el concejal Veny-, que la Policía Local ha constatado en los últimos años numerosos incidentes derivados de esperas no inferiores a cuarenta minutos para la llegada de ambulancias medicalizadas, incluso con consecuencia final trágica, y se tiene la sensación de que un percance en Llucmajor no es una sino dos desgracias».
Hace exactamente dos años, el entonces alcalde, Lluc Tomàs, en nombre de todas las sensibilidades corporativas, ya reclamó al Ib-Salut la ambulancia fija «para evitar esperas de tres cuartos de hora»».
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