El objetivo del Govern es conservar la biodiversidad de la Tramuntana, buscar su desarrollo económico y social y mantener sus valores culturales.

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El conseller balear de Medi Ambient, Miquel Àngel Grimalt, está convencido de que el año próximo la Unesco aprobará la declaración de la Serra de Tramuntana como Reserva de la Biosfera. El documento justificativo será aprobado hoy en la reunión semanal del Govern, y remitido inmediatamente al comité español del programa «Man and Biosphere», que puede trasladarlo en otoño con su visto bueno a la sede parisina de la agencia de Naciones Unidas para su evaluación en 2010. Balears cuenta con un precedente para este combinado de conservación medioambiental y desarrollo sostenible, pues desde 1993 la isla de Menorca al completo es un territorio de reserva de los seres vivos que lo habitan.

El conseller Grimalt y el director general de Biodiversitat, Miquel Ferrà, presentaron ayer el «primer paso efectivo» para que la Serra de Tramuntana sea declarada por la Unesco una Reserva de la Biosfera. El ámbito territorial propuesto abarca 85.174 hectáreas, de las cuales 76.304 son terrestres -20 municipios- y las 8.870 restantes marinas.

La iniciativa cuenta con el apoyo de todos los ayuntamientoas implicados, del Consell de Mallorca y de más de una treintena de entidades científicas, académicas, ecologistas, excursionistas, profesionales, agrarias, sindicales, turísticas y vecinales.

Grimalt recalcó ayer que esta declaración «no implica ningún régimen de protección añadido al ya existente en la Tramuntana y que es suficiente», así como tampoco «una limitación de usos sobre los que tradicionalmente se llevan a cabo en la zona, que han sido responsables en el tiempo de su buena conservación».

Según el conseller de Medi Ambient, su departamento trabaja «para desarrollar en la práctica mecanismos de protección de la Serra en tanto que ahora padece el abandono de muchas de las que fueron sus actividades tradicionales y en cambio es el destino preferido de numerosos habitantes del resto de la Isla y de los turistas que nos visitan».

En opinión de Grimalt, «la experiencia en muchos lugares de los cinco continentes demuestra que la declaración de Reserva de la Biosfera es una magnífica herramienta para combinar la conservación y el desarrollo».

La solicitud a la Unesco de una declaración conservacionista de este tipo debe partir de un pacto entre agentes sociales, y entre éstos y las Administraciones públicas. «Se trata -indicó ayer Grimalt- de continuar con una combinación armónica de la conservación del paisaje y de la actividad humana aunque estemos en el siglo XXI y el marco sea una sociedad dinámica».

El Govern balear entiende que una Reserva de la Biosfera potenciará los valores de la Tramuntana, aportará más conocimiento y respeto de sus usos tradicionales y más incentivos para su actividad social y económica.

«En todo caso -puntualizó el conseller-, si la Serra obtiene este título conservacionista será necesario, como en todo proyecto que se precie, contar con los recursos económicos suficientes para llevar la idea a buen término».