Los talleres no han notado un descenso espectacular en sus pedidos gracias a particulares y reformas en hoteles.

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La crisis económica pasa factura a toda la industria en general y el sector del mueble no es una excepción. Manacor, conocida como la ciudad del mueble, y sus empresarios aguantan los duros golpes que implica esta fuerte recesión económica con el optimismo que supone la perspectiva de reformas de hoteles de cara al próximo invierno y los encargos de particulares.

A pesar del mal escenario que se vive actualmente, el sector se ve incluso en una situación privilegiada, según afirma el presidente de la Associació de Fustes de Manacor, Jaume Llodrà. Las empresas de madera todavía reciben muchos encargos, especialmente para realizar reformas: «La crisis nos afecta como a todos, pero consideramos que nos encontramos en una situación privilegiada en comparación a otros sectores».

El presidente de la asociación comprende que el Govern no pueda ofrecer ni soluciones ni ayudas a la industria de la madera. «No nos puede ayudar, ya que si lo hace con nosotros lo tendría que hacer con los demás sectores, todos estamos igual», señala el empresario.

Llodrà reconoce que la situación ha cambiado respecto a los últimos años: «Está claro que no tenemos el mismo volumen de trabajo que en años anteriores, pero a día de hoy no puedo ofrecer cifras ya que cada empresa de Manacor es un mundo diferente según su especialización en el mercado»

Importación
La importación de muebles fabricados en China también afecta al sector de la madera de Manacor. Y es que aunque su calidad es muy inferior a la de los productos elaborados en la ciudad, hay clientes que apuestan por ellos.

El copropietario de Sillería Llevant, Antoni Llull, alerta de las consecuencias de comprar «productos de poca calidad que no se adaptan ni a nuestras necesidades ni a nuestro clima».

Como medida ante la crisis, Llull apuesta por una fidelización de los ciudadanos en los productos elaborados en Manacor: «Nos ayudaría a soportar mucho mejor la crisis». Una propuesta en este sentido sería la creación de un sello de calidad que distinguiera los productos elaborados en Manacor o Mallorca, con la garantía de que la madera utilizada cuenta con todos los certificados necesarios de calidad.

Con todo, los pequeños talleres también luchan diariamente para sobrevivir, aunque su carácter familiar facilita tener que soportar unos menores gastos de producción.

En general, las esperanzas puestas en las reformas de hoteles previstas para este próximo invierno pueden provocar que muchas grandes empresas de Manacor mejoren sus resultados económicos a finales de año.