Una vez que el contrato con la empresa que hasta ahora ha gestionado el servicio ha expirado, el equipo de gobierno está preparando un nuevo concurso que prevé que el mantenimiento de las máquinas recaudadoras y expendedoras de tickets vaya a cargo de una empresa privada, mientras que el control de los vehículos aparcados y las sanciones estén bajo control de los agentes de la Policía Local.
De hecho, la polémica sobre el funcionamiento del servicio es que la persona que controla los tickets es contratada por la empresa que gestiona el servicio. Al no tratarse de un agente de la policía no puede denunciar las infracciones. Así, para que las multas sean válidas tienen que ser rubricadas por la Policía Local para su posterior tramitación administrativa de cobro.
Mientras el alcalde Gabriel Tauler defiende el nuevo modelo de gestión al considerar que será «más beneficioso para el Ajuntament», desde los grupos de la oposición -PSOE, UM y Bloc- consideran que con esta operación, tal y como se plantea ahora, «se perderán muchos euros». En el turno de intervenciones, Antoni Nadal (PSOE), comentó que «ésta es la peor opción. Esto es un apaño». Nicolau Barceló, del Bloc, apuntó que «faltan informes técnicos, pero creemos que lo mejor sería municipalizar todo el servicio e iniciar un plan integral en todo el casco antiguo tal y como hemos propuesto en varias ocasiones». Desde UM, Antoni Peña comentó que «actualmente el Ajuntament recibe un canon de la empresa de 22.000 euros y ahora el servicio costará más de 50.000 euros».
Por su parte, el regidor de Hacienda, Rafel Roig apuntó que «faltan por perfilar algunos detalles del nuevo contrato que nos ayudarán a reducir costes y para que el Ajuntament tenga un mayor margen de beneficio».
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