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La Conselleria de Medi Ambient ha iniciado los trámites para abrir un expediente sancionador al propietario de la antigua mina de Son Odre, situada cerca de Biniamar, tras haber comprobado que se habían vertido restos de obras. Concretamente, los técnicos de la Administración balear han detectado la presencia de materiales contaminantes como asfalto, pintura, baldosas de acera y cañerías.

Medi Ambient envió sus técnicos a Son Odre después de recibir otro expediente de la Conselleria de Comerç i Indústria -la competente en minas- en el que se informaba de la existencia de los vertidos. Indústria también envió copias del expediente al Consell de Mallorca, a los ayuntamientos de Selva y Mancor y al Seprona. El Ajuntament de Selva y la Guardia Civil ya investigan el caso por su cuenta.

En caso de que los vertidos pudieran ser constitutivos de delito, el Govern remitiría la documentación a Fiscalía. La existencia de vertidos de materiales contaminantes en Son Odre lo denunciaron el Bloc per Inca y los Progressitstes de Selva a raíz de una denuncia previa de Mac Insular, empresa que monopoliza -gracias a una concesión del Consell- el servicio de selección de residuos.

Entonces, Mac Insular aseguró saber «por varias fuentes de información» que los vertidos los realizaban las empresas Obras y Pavimentos Man, Amer e Hijos y Construcciones Llull Sastre. La entidad incluso denunció que los restos provenían de obras públicas licitadas por el Ajuntament d'Inca.