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M. POQUET El municipio de sa Pobla dedicó ayer su Fira de Tardor a la temática de las esencias y los aromas con un toque de originalidad para contrarrestar la reducción de presupuesto de cerca de un 30 por ciento.

Nada más llegar a la carpa de la plaza Major, una amplia gama de olores impregnaba la atmósfera de la feria, ya que en el centro estaban ubicadas las principales casetas que ofrecían a los curiosos todo tipo de productos relacionados con las esencias. Jabones artesanales de fresa, kiwi, avena, canela o coco hicieron las delicias de los visitantes. También llegaron a los sentidos de los curiosos tanto las velas como los fanalillos perfumados que se mostraban en la plaza de sa Pobla. Alrededor de los estands se dibujaba toda una hilera de plantas que continuaba con el ambiente sensorial. Además, el centro de la plaza se convirtió en un mostrador de tocadores y espejos que incrementó la ambientación.

Las calles anexas acogieron las paradas tradicionales con alimentos artesanales como embutidos, quesos o dulces.
En la plaza de l'Església se extendió el mercado solidario. El ambiente también llegó a la plaza del Mercat con la recreación del trabajo de campo de antaño. Sólo a última hora de la tarde la lluvia hizo acto de presencia.