El texto de la moción de censura registrado por los ediles del PP y de CpC es calificado por sus firmantes como una propuesta «constructiva», que se fundamenta «en la falta de legitimación del actual equipo de gobierno para seguir liderando la corporación municipal». El PP en Campos, apoyado por las direcciones insular y regional del partido, entiende que la pérdida de la mayoría absoluta provocada por el alcalde Ginard al cesar en sus responsabilidades a dos de los concejales de CpC y la consecuente renuncia del otro regidor de esa coalición «supone que el grupo de Unió Mallorquina pierda toda legitimidad para gobernar en solitario, en tanto que no fue la lista más votada en las elecciones de 2007».
Según los concejales del PP y de 'Campos pel Canvi', «por respeto a los principios más elementales de la democracia, se trata de retomar la legitimidad en el Ajuntament de Campos, dando el gobierno municipal al Partido Popular, que fue el que obtuvo mayor número de votos en las elecciones».
Tanto Margalida Ginard, como el presidente del PP de Mallorca, Joan Rotger, y el líder regional de los 'populares', José Ramón Bauzá, coincidieron en afirmar a Ultima Hora que se han establecido dos condiciones con 'Campos pel Canvi' para presentar esta iniciativa: CpC no se incorporará al equipo de gobierno y se buscarán acuerdos concretos para sacar adelante todas las propuestas al plenario hasta el final de la legislatura.
El portavoz de CpC, Joan Juan, manifestó que éstos «no son momentos agradables, pero últimamente nos sentíamos maltratados y nuestros votantes nos pedían que reaccionáramos». Juan reprochó a UM que «en las últimas semanas no haya habido ningún acercamiento, a pesar de no estar legitimados para gobernar».
Las primeras desavenencias entre UM y CpC -coalición formada por PSM, PSOE y Entesa- se remontan a los momentos posteriores a la firma del acuerdo de 19 de marzo de 2009 cuando por unanimidad de todos los partidos políticos, se comprometían a defender ante las instituciones supramunicipales una serie de inversiones para compensar la falta de desarrollo económico de Campos a causa de la protección de su costa.
La sombra del campo de golf de Son Baco, que no compartían ni PSOE ni Bloc y la falta de concreción de estos últimos durante las negociaciones de la crisis institucional en el Consell de Mallorca, aceleraron el deterioro de las relaciones entre los dos socios de gobierno.
Tras la recomposición del pacto en la institución insular, renunciando a Son Baco, pero sin clarificar el desarrollo urbanístico en determinadas áreas de sa Ràpita, precipitaron la ruptura del acuerdo municipal entre UM y CpC.
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