La lluvia provocó que todo el trabajo de organización de la feria quedara deslucido. | Gori Vicens

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El mal tiempo deslució la Fira de Porreres. Dos fuertes chaparrones a las seis y a las siete de la mañana provocaron que muchos feriantes optaran por no montar sus expositores, aunque también hubo quien desafió a la lluvia y probó suerte. Aún así desde las ocho a las diez la lluvia decretó una tregua y los asistentes pudieron pasear por la escasa feria que quedó.

Donde sí se mantuvo la feria fue en la carpa donde se agrupaban los productos porrerencs dentro del marco de la feria ecológica. Los empresarios locales mostraron su potencial artesano y agroalimentario. Además, en el Molí de n'Amengual tuvo lugar la tercera feria de la construcción y una muestra de caballos de raza.

Paraguas

A las diez y media, justo en el momento de concentrarse las autoridades, volvió a llover y tuvieron que hacer parte del recorrido con paraguas.

También hubo una exposición de motos y coches antiguos así como el primer bus de línea Porreres-Palma como gran reclamo curioso, así como un combat de picat de gloses con Mateu Matas.