TW
5

«Atención, riesgo biológico». Esta frase escrita en grandes letras negras sobre fondo amarillo a las puertas del solar municipal en el que se almacenan los restos de poda de palmeras infestadas por el picudo rojo, da idea del alcance de la plaga del escarabajo asiático que amenaza con acabar con los cientos de palmeras que poblaban hasta hace poco el paisaje de Pollença.

El Ajuntament de Pollença ha recurrido a la instalación de carteles disuasorios después de detectar que alguien había accedido al recinto y roto los precintos de plástico que conservan al vacío y con grandes cantidades de veneno los restos de las palmeras municipales infestadas y taladas en los últimos meses, según relató ayer el alcalde, Joan Cerdà.

Desbordado por el avance de la plaga y por las constantes inspecciones de Presidència y Medi Ambient (a las que posiblemente se sumará el Defensor del Pueblo tras una denuncia vecinal), el Ajuntament prueba ahora un nuevo sistema de eliminación de los restos consistente en excavar zanjas de un metro de profundidad para enterrar al insecto. Las palmeras del cuartel de la Guardia Civil han sido las primeras en probar este tratamiento después de que la Benemérita pidiera ayuda al Ajuntament para eliminarlas.