En los pueblos, los trabajadores sociales no tardan más de una o dos semanas -el tiempo que requiere la tramitación del papeleo y reconfeccionar las rutas de los asisitentes- a acudir al domicilio del demandante para prestarle ayuda.
En Inca, por ejemplo, «no hay lista de espera», asegura la teniente de alcalde y concejal de Servicios Sociales, Margalida Horrach. En la capital del Raiguer un total 228 personas se beneficiaron a lo largo de 2010 del Servei Municipal d'Ajuda a Domicili (SAD), que cuenta con una plantilla de siete operarios (5 trabajadores sociales y dos familiares).
En Santa Maria tampoco hay lista de espera, mantiene la edil Antònia Martí. «Los demandantes tramitan su petición al Ajuntament, éste la estudia y en general no hay que esperar nada», sostiene Martí. Tres trabajadores prestan ayuda a domicilio en Santa Maria y «una más no nos vendría mal, pero aun así podemos», añade Martí.
Manacor y el Pla
En Manacor, el departamento de Servicios Sociales cuenta con un servicio que facilita la valoración de la urgencia expuesta por el demandante. Según la delegada Catalina Riera, «nuestro servicio puede tardar hasta unos 15 días de media para ofrecer cita», mientras que según la urgencia «en una semana se solucionan la demandas más problemáticas y el resto reciben respuesta en unos 30 días». Riera informa que «de los 2.300 expedientes que tenemos en macha hay que decir que no tenemos listas de espera, según la urgencia se deriva a un u otro servicio dependiendo de la gravedad».
Los servicios sociales de la Mancomunitat del Pla tampoco están colapsados. «Se podría producir lista de espera puntual en algún centro de día, quizás de una o dos personas, pero en este caso el demandante puede acudir al centro del pueblo vecino», informan fuentes de la Mancomunitat.
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