El alcalde de la localidad, Joan Rotger (PP), explicó que «mediante la ayuda del Pla d'Obres i Serveis se dota de un nuevo depósito de agua potable a la pequeña localidad para así solventar de manera definitiva el deficiente suministro de agua a los vecinos». La obra tiene un coste de 420.000 euros y estará terminada, previsiblemente, en un plazo de dos meses.
La nueva infraestructura se construye cerca del pozo ubicado en sa Comuna «y se lleva a cabo en una cota superior al pueblo lo que facilitará la posterior distribución del agua entre las casas de la localidad», según dijo el alcalde Rotger.
La nueva instalación consta de dos contenedores de agua «lo que garantiza el suministro al municipio en caso de fuga de alguno de los dos tanques», añadió el alcalde. La instalación almacenará el agua que recibirá del actual pozo municipal. La obra se construye en sa Comuna, aunque el alcalde destacó que «quedará totalmente integrado en el entorno natural».
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