Miembros de Més y de la plataforma Pro Camins consultando los planos. | Antoni Pol

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La plataforma Pro Camins Públics y la coalición Més insistieron ayer para que el Consell recupere para el uso público efectivo varios tramos de la carretera vieja de Pollença a Lluc.

Dichos tramos quedaron fuera del expediente de recuperación de la vía o bien están señalizados de forma insuficiente. La carretera vieja de Pollença a Lluc forma parte del GR 221, una ruta para excursionistas que atraviesa la Serra de Tramuntana.

Los puntos considerados conflictivos se sitúan en Ca na Borrassa y Can Pontico (propiedades de la familia del alcalde de Pollença) y en El Pas Gran. Se trata de sitios en qué el trazado de la ruta «evita acercarse» a algunas possessions o en que hay «barreras disuasorias». Reclaman, esencialmente, que el trazado sea «sensato», que los excursionistas puedan pasear por senderos «públicos, sin tráfico y de interés paisajístico».

Satisfacción

Antoni Alorda, diputado de Més, resumió el sentir de su grupo: «Estamos satisfechos de haber llegado hasta aquí, el camino es público. Sin embargo, criticamos que no se haya rematado el trabajo», refiriéndose al modo como se han resuelto dichos tramos.

Por otra parte, ayer se supo que el Consell tiene previsto aprobar provisionalmente el jueves la ordenanza de usos de la carretera vieja. El Consistorio de Pollença hizo algunas sugerencias al respecto, entre las que destaca «cómo se producirá de forma razonable el uso del camino con las tanques existentes?». Critica, asimismo, que el paso de caballos y ciclistas puede resultar «igual de peligroso» para los que van a pie que una carretera con coches. El edil Tomeu Cifre Bennàssar, del PSM, criticó que el alcalde no consultara la ordenanza con la oposición.