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Los mismos nervios, sensaciones, olores, pasos, colores, música fueron los protagonistas de la salida de los Cossiers de Algaida, ayer y hace 40 años, momento en que se recuperaron después de más de una década de inactividad.

Pero una diferencia se respiraba en el ambiente, el gentío que acompaña a los danzantes al realizar el Quadrat por las calles del pueblo era mucho mayor que el 24 de julio de 1973. Y es que ahora los Cossiers son todo un honor para los algaidins. Grandes y pequeños viven los Cossiers como un sentimiento muy arraigado en su interior. Una satisfacción que al igual que la albahaca que llevan en sus manos los danzantes se esparce en gratitud hacía la Obra Cultural Balear y aquellos algaidins que no escatimaron esfuerzos en recuperar las danzas a inicios de los setenta.

Ayer a la siete y media, revetla de Sant Jaume el Dimoni fue el primero en aparecer mientras el sonido de los flabiolers se acercaba al ritmo de ses Bombes junto a la Dama y los seis Cossiers hacía la plaza en los que amb el rotle fet centenares de algaidins y visitantes les esperaban para ver la danza de Mestre Joan, para seguir con el Obriu-nos, Flor de Murta, Els Reis y otros bailes que a cada paso y con cada golpe de tamboril reviven un pasado arraigado en una Mallorca ancestral.