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Han pasado dieciséis años desde que naciera la primera feria mono temática de Lloseta dedicada a su principal agente económico, el calzado. De las once fábricas locales que participaron en la primera edición hoy solo sobreviven tres.

La crisis económica, la globalización y la competencia exterior han tocado de muerte a un sector que sobrevive exclusivamente a base de la especialización. El calzado de montaña y el ortopédico son ahora claves.

Con motivo de la Fira de la Sabata de Lloseta, Calzados Bestard, Calzados Miquel y Comas (Cabrit y Apache) sacaron a la venta sus productos a precios de ganga y el público respondió adecuadamente.

«La mayoría de la gente es repetidora, vienen con sus zapatos puestos y nos piden algo de similar», explica Xesca Comas, de Calzados Comes.

Se calcula que más de seis mil personas pasearon el domingo por la feria de Lloseta. Se repitieron las ya tradicionales demostraciones de la elaboración artesanal del calzado a cargo de los zapateros jubilados del municipio.

Aunque el calzado cede poco a poco su espacio a la artesanía y a otros negocios locales la adquisición de sandalias y zapatos a precios económicos sigue siendo el motivo principal que atrae a los visitantes.