Grabación enviada por los vecinos del momento de la protesta por la organización de las fiestas de este año.

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Los vecinos de Son Serra de Marina cerraron los actos de las fiestas patronales con una gran cacerolada en contra del Ajuntament de Santa Margalida. El motivo fue la mala organización de los actos y la dejadez de los representantes políticos a la hora de desarrollar las fiestas. También provocó mucho malestar que algunos actos no se celebraran en la plaza de la iglesia, donde normalmente se llevan a cabo las fiestas, por la denuncia «de un vecino».

La gota que colmó el vaso fue el cierre oficial de las fiestas patronales de Son Serra durante el que los vecinos tenían que soltar unas luces al aire y pedir un deseo. El acto, que se conoce como Amollada de Desitjos y que sustituye los fuegos artificiales, no se pudo celebrar porque dichas luces no llegaron y fue aquí cuando los vecinos y jóvenes concentrados en la plaza decidieron dedicar una sonora cacerolada a las autoridades locales.

El nuevo equipo de gobierno formado por PP y Convergència apostó por trasladar actividades como el cine al aire libre o el teatro a la plaza del centro cívico, cuando en años anteriores siempre se habían llevado a cabo en la plaza de la iglesia.

La regidora de Fiestas, Magdalena Marimón, explicó que el cambio fue debido a que «se recibieron varias denuncias por parte de vecinos de la zona por las repetidas molestias que les causan las fiestas».

El viernes por la noche, el Ajuntament decidió suspender el Carnaval d'Estiu «porque cayeron dos gotas» y el domingo por la mañana no se celebró el Abordaje Pirata porque no se había preparado. Tampoco se celebró el palo enjabonado «porque no había palo».

Desde CPU, el regidor Nofre Plomer lamentó lo ocurrido y criticó «la dejadez total» del equipo de gobierno local que «ha cedido a las presiones de algunos vecinos».