Santandreu leyó ‘Dues espipellades de cotó’, un poema que escribió en los sesenta. g Fotos: A.P. | Antoni Pol

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«Si en el instante de fusilar a un republicano jamás faltaba un capellán, tampoco debe faltar en los homenajes», dijo Santandreu nada más iniciar su discurso en el homenaje que el colectivo Memòria Històrica de Alaró celebra cada año en estas fechas.

El manacorí argumentó que la Iglesia, a la que describió como «una institución asesina», es uno de los «grandes culpables de lo sucedido» entre 1936 y 1975, y recordó que Franco entraba en los templos «bajo palio». También se preguntó «por qué se canoniza a las víctimas de un bando y no a las del otro», y recordó al Capellà Poquet de Llubí, fusilado «sin que el obispo Miralles moviera un dedo para evitarlo».

Al acabar el discurso, algunos asistentes preguntaron –también retóricamente– por qué que el Obispado no permite acceder a los archivos de esa época y recalcaron la necesidad de poder hacerlo para investigar. Santandreu les contestó que «esto no ocurrirá jamás».

La interpretación de ‘El fossar de les moreres’ por parte de Indígena Atac sirvió de marco musical en la ofrenda floral. Con esto y un ‘Visca la República’ acabó el homenaje.