La jefa de la planta, Maria Martorell, junto al técnico de explotación de Abaqua, Miquel Seguí. | Michel's

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La desaladora de Andratx ya está a pleno rendimiento seis años después de finalizar su construcción. El 23 de abril de 2010 se recepcionó una infraestructura que costó más de 22 millones de euros. En este periodo de tiempo solo había estado en funcionamiento diez días. Ahora abastece 14 millones de litros diarios a los municipios de Andratx y Calvià.

La situación de pre-alerta de sequía ha provocado que la Conselleria de Medi Ambient ponga en marcha todas las infraestructuras posibles para garantizar el suministro de recursos hídricos. Tras las reparaciones en la desaladora de Palma, el pasado mes de febrero los técnicos de Abaqua iniciaron las tareas de adecuación y puesta a punto de la desaladora de Andratx. Esta tiene dos líneas de desalación y, desde que se puso en marcha, ha funcionado a todo gas. «Tiene la posibilidad de un tercer grupo de presión, pero ahora funciona al máximo de su capacidad», explica la responsable de la planta, Maria Martorell. La desaladora abastece a todo el municipio de Andratx y Calvià con siete depósitos de recepción, aunque está preparada para poder llevar el agua hasta el depósito de Son Pacs, en Palma. El agua de la desaladora procede de unos pozos de agua marina que están a unos tres quilómetros de distancia de las instalaciones. De allí llega a la desaladora que, en un primer momento, filtra el líquido de posibles restos de arena. Un segundo filtro, llamado de caucho, refina el líquido de impurezas para pasar después a la osmosis inversa, «que la convierte en agua cien por cien pura», añade el técnico de explotación de Abaqua, Miquel Seguí.

Esta agua tratada no es apta para el consumo, por lo que tiene que pasar por un cuarto tanque donde se mineraliza para su consumo. Para poner la planta en funcionamiento, Medi Ambient ha invertido 50.000 euros.