Joan Mas lucha con Dragut para quitarle la bandera al líder sarraceno. | M. À. Cañellas

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Aunque el bando corsario, encabezado por el temido Dragut, salió este martes para vencer la batalla en Pollença, no lo consiguió. El reloj marcaba las siete de la tarde y las campanas de la parroquia sonaban con intensidad cuando el líder cristiano Joan Mas, representado este año por Rafel Cárdenas, pronunció la histórica frase que alertó de la llegada de los moros. Con una fuerza inmensa, Cárdenas gritó «Mare de Déu dels Àngels, assistiu-mos/pollencins, alçau-vos/ que eu pirates són aquí!» y se desencadenó la euforia de ambos bandos, vecinos y visitantes.

El color blanco de los trajes de los cristianos se mezcló con el colorido de las vestimentas de los corsarios en la primera batalla que se realizó en la calle Major. Después de varios enfrentamientos por las estrechas calles del casco antiguo de la localidad, los moros y cristianos llegaron al campo de futbol Can Escarrintxo donde se desarrollaron las tres últimas batallas y Joan Mas consiguió arrebatar la bandera a Dragut, encarnado por Manuel Encinas.

Los personajes de Lloctinent y Abanderat fueron representados por Jaume Miquel Gual y Llorenç Vila, respectivamente, mientras que Pep Cerdà, Joan A. Suau, Davir Axartell y Pep Vilanova interpretaron al Ajuntament Vella.

El inmenso calor de la tarde (fueron muchos los que utilizaron el abanico) no impidió que las estrechas calles del centro estuvieran abarrotadas desde mucho antes del inicio de la batalla. De hecho, los amigos de Joan Mas acudieron dos horas antes a las puertas de Sa Quartera (desde done sale el líder cristiano) para hacer la barrera humana y contener a los integrantes de su bando. Los moros lo tuvieron más complicado y aunque hacen hasta cuatro o cinco barreras humanas de contención de los sarracenos, en ocasiones fue complicado retenerlos hasta el inicio de la batalla.

Pero todo salió según los previsto y tanto Joan Mas como Dragut tuvieron su momento de gloria durante el primer enfrentamiento en solitario y bajo un silencio espectacular a pesar de la gran aglomeración de público.

La batalla de de este martes -que como cada año congregó a cerca de 3.000 personas entre participantes y curiosos- rememora el ataque de los sarracenos del 31 de mayo de 1550 cuando unos 1.500 corsarios llegaron al pueblo con la intención de saquearlo. El aviso de Joan Mas durante la madrugada despertó a los pollencins (por esta razón visten con camisas de dormir blancas) que salieron a luchar y defender sus tierras. Aún así, 130 pollencins y 50 sarracenos murieron durante la batalla de hace 466 años.