La entrada de la nueva monja es una novedad, ya que solo dos hermanas, de edad avanzada, habitaban en el monasterio. En los últimos años, la comunidad se había reducido de forma considerable (hace diez años diez hermanas lo habitaban) y su continuidad no estaba garantizada. El nuevo ingreso podría romper esta tendencia.
La abadesa, la hermana Paquita, explicó que la comunidad había solicitado el ingreso de una nueva monja para que las ayudara y asistiera en sus tareas. Sor Paquita cumplirá en breve los 69 años y padece una enfermedad que le impide hacer esfuerzos. Sor Anunciació, la otra hermana, tiene 87 años.
«Llevo un mes y medio en el monasterio y la verdad es que me he sentido muy bien acogida», declaró sor María Inmaculada, la hermana que acaba de llegar. Informó que es hermana profesa y que viene del departamento de La Paz.
El edificio que ocupa el monasterio fue un antiguo palacio de los reyes de Mallorca. Lo mandó construir el rey Jaume II. En 1583, el rey Felipe II de España hizo donación del inmueble a las hermanas concepcionistas, que siguen habitándolo.
5 comentarios
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Una vergüenza como manipulan los "de acuerdo" invirtiendo en positivo cuando pongo negativo...
Se llama mucama a aquella mujer que se dedica de manera asalariada a realizar las tareas domésticas de una casa. También denominada como empleada doméstica, criada o sirvienta, aunque prácticamente ésta última denominación no resulta tan empleada hoy día como consecuencia de remitir la misma a la idea de esclavitud, el origen del cual deviene este oficio realmente, la mucama, ocupará sus horas laborales o jornada laboral, en cuidar el hogar así como a los miembros de este, a través del despliegue de diferentes y varias actividades, entre ellas: limpiando las instalaciones que presenta la casa en cuestión: habitaciones, cocina, living, baño, balcón, patio, lavando y planchado de la ropa, compra de alimentos en el supermercado, ya sea de manera independiente o acompañando a su jefa o jefe en la tarea, cocinar los alimentos y en algunos casos hasta debe ocuparse de retirar a los niños del colegio, y si hay adultos mayores en la casa, también velar por ellos.
Estas cosas, por sentido común, tienden a desaparecer. No son necesarias ni sirven para nada. Pasarse toda una vida entre muros, es un disparate. Una tía de mi mujer, ingresó en aquella casa desde muy jovencita y murió por los años que llegó a acumular. Como yo iba bastante por ahí, he sido testigo del descenso en el número de "hermanas". Naturalmente.
Hace poco comentaban fuentes de la Iglesia que esas prácticas de traer monjas de fuera, de otros países, se terminaría porque muchas venían para obtener papeles y luego salían de religiosas. Bienvenida sea sor María Inmaculada, pero su llegada está en contradicción con lo que he expuesto. No se entiende.
Esperemos que el Obispado no se lo incardine o adjudique como a tantos otros.