La finca ocupa un lugar privilegiado en el Port de Alcúdia frente a las piscinas de Gesa, actualmente de uso municipal. | Redacción Digital

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La finca de sa Quarentena, que el empresario Feliciano Fuster dejó en herencia al Ajuntament de Alcúdia en 2012 y que tenía okupas desde hace tres años, está finalmente libre de inquilinos.

Los okupas abandonaron el lugar el pasado miércoles tras alcanzar un acuerdo con el Ajuntament de Alcúdia. Este renuncia a continuar las acciones legales abiertas contra los okupas para conseguir el desahucio. «Teníamos dos acciones de desahucio en marcha, una penal y una civil y, como son insolventes, acordamos que si quitábamos la denuncia penal entregarían las llaves», dijo este lunes el alcalde Antoni Mir.

El alcalde de Alcúdia confirmó que el Ajuntament ha retirado y almacenado todos los muebles originales que aún había en la casa para evitar que sufran daños si se producen nuevos incidentes. No obstante, para evitar que la finca vuelva a ser ocupada, se han tapiado por dentro todos los accesos y se ha cortado la electricidad y el agua.

En la pasada legislatura el Ajuntament ya había recuperado y almacenado parte de la colección pictórica de Feliciano Fuster que había en la propiedad en el momento de ser ocupada, pero no así los muebles. El empresario tenía una colección pictórica de aproximadamente 450 obras entre las que figuran cuadros de Miró, Ulbritch, Picasso, Cittadini y Canogar. En su testamento repartió la colección pictórica entre diferentes beneficiarios y algunas de las obras estaban en sa Quarentena.