El Mercat Medieval de Capdepera se erige sobre tres puntos: la artesanía, con la obra de palma como emblema; las gastronomía y los espectáculos. | Joan Socies

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No es una feria más. El Mercat Medieval de Capdepera invita a sumergirse en el pasado, un viaje a la época medieval, a los tiempos de caballeros y doncellas, donde la artesanía se forjaba a golpes de fuerza y empeño. Capdepera, tal vez por el entorno con el castillo al fondo, por una gastronomía de primera o por una buena recreación de la época, sigue atrayendo a miles de visitantes, que se embelesan con el montaje medieval del pueblo.

El Mercat Medieval gabellí se abrió la tarde del pasado viernes y se prolonga durante todo el fin de semana hasta el domingo. Ello hace que miles de personas puedan participar en el mercado a distintas horas del día.

El día de la inauguración, por la noche, ya se contó con una gran afluencia y fueron muchos los que optaron por cenar en las distintas paradas de gastronomía o en los bares y restaurantes del pueblo.

El sábado por la mañana, la mayoría de los visitantes eran turistas que contemplaban maravillados los oficios artesanales en directo y recorrían las calles y el castillo, que mostraban su aire más medieval. La tarde y la noche fueron dos de los momentos más álgidos del mercado y para la gentes del pueblo ya se ha convertido en todo un referente salir a cenar a las distintas paradas. Además, un año más, la época medieval llegó a Capdepera con una variada oferta de espectáculos itinerantes: cómicos, danzas, conciertos, malabaristas o músicos.

Más de 140 expositores artesanales ofrecían productos de todo tipo, como quesos, embutidos, dulces, ropa y complementos de decoración propios de la época e incluso algún que otro –hay que decirlo– más apropiado para el siglo XXI.