Un momento del 'correbou' de Fornalutx. | M. À. Cañellas

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Fornalutx ha celebrado este jueves un 'correbou' atípico y pasado por agua. Tras la aprobación de la ley de protección animal, este ha sido el primer encierro del pueblo en el que el toro no llevaba cuerdas en los cuernos y que el animal no ha sido sacrificado tras el festejo.

El acto se ha iniciado cinco minutos antes de lo previsto, por la amenaza de lluvia, y ha discurrido por el Camí de Tramuntana hasta la plaza. Otra novedad ha sido que, ya en la plaza, el toro ha sido coronado con una corona de laurel, algo que no se realizaba desde hacía muchos años. La encargada de colocarle la corona ha sido una joven del pueblo que acaba de cumplir 18 años, Aïda Bisbal.

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Otra novedad es que el toro no era de lidia, si no de raza mallorquina.

El 'correbou' ha discurrido con aparente normalidad sólo alterada por una repentina tormenta y por las protestas de los animalistas. «Fornalutx, basta de maltrato», «Abolición» o «Nosotros no negociamos» han sido algunas de las pancartas que han abanderado.

De esta manera, el 'correbou' finalmente sí se ha celebrado después de convertirse en uno de los puntos más polémicos de la Ley de Corridas de Toros y Protección de los Animales de Baleares, conocida como ley de toros a la balear.