El conseller Vicenç Vidal y el alcalde Rafel Fernández, durante la liberación de la tortuga. | Ajuntament de Capdepera

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En lo que va de año se han atendido y recuperado en aguas de Baleares un total de 35 tortugas que estaban varadas: 21 en Mallorca, 12 en Ibiza y Formentera y 2 en Menorca, ha informado este jueves el Govern balear.

Todos estos ejemplares han sido tratados en distintos centros donde han recibido atención veterinaria antes de ser liberados.

Precisamente este jueves ha sido liberada en Cala Agulla la tortuga boba encontrada el pasado 26 de agosto por una tripulación italiana que navegaba a tres millas del puerto de Sant Antoni de Portmany.

Este ejemplar ha estado ingresado en el Centro de Recuperación de la Fauna Marina del Palma Aquarium de Palma.

El conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Vicenç Vidal, acompañado por el alcalde de Capdepera, Rafel Fernández, ha asistido a la liberación de la tortuga, que ha contado con la presencia de numerosos turistas que han querido observar al animal recoger unos tres metros para volver al mar.

A la tortuga se le ha colocado un dispositivo electrónico para estudiar sus movimientos y conocer su posición, la temperatura del mar y la profundidad de inmersión.

Este trabajo forma parte del programa «Tortugas Oceanográficas», un proyecto de investigación financiado por la Fundación BBVA que se podrá seguir en la web «fundacionpalmaaquarium.org».

El conseller ha declarado que su departamento trabaja con «tres ejes claves» como son la conservación de los animales, la investigación y la educación ambiental, con el objetivo en este último caso de que los ciudadanos sean conscientes del respeto y trabajo que se debe realizar «entre todos» para conservar «nuestro entorno».

Las principales amenazas para esta especie son la interacción de la pesca, la contaminación, el tráfico marítimo y la destrucción de sus zonas de nidificación.

En los últimos años se ha observado que el principal mal que ha llevado a las tortugas a los centros de recuperación son los plásticos arrojados al mar, que los ingieren al confundirlos con alimento, como si fueran medusas.

El mar balear es un área importante para la alimentación de la tortuga «caretta caretta»: se calcula que el 80 % de los ejemplares que habitan en el mar balear son de origen atlántico, mientras que el otro 20 % procede del Mediterráneo oriental.