Monjo señaló dos motivos para justificar su afirmación. Por un lado, recordó que hay una concesión que contempla que el edificio sea explotado como residencia y que a esta concesión todavía le quedan más de veinte años de vigencia; y por el otro, señaló que para reconvertir la residencia en un hotel habría que modificar la normativa urbanística (cambiar el uso del terreno), un paso que el Ajuntament no tiene la intención de dar.
El último pleno de Santa Margalida aprobó el plan estratégico de Can Picafort, un documento que ya fue aprobado por el gobierno en 2016 y que busca «reposicionar» el destino a medio plazo proponiendo una serie de inversiones y medidas urbanísticas. Cuando fue presentado, el plan preveía que la residencia se reconvirtiera en un «centro de bienestar» con usos turísticos. Monjo aseguró que el contenido del plan estratégico «no ha sido modificado», es decir, que continúa contemplando la reconversión de la residencia en hotel, solo que ello (esta propuesta) no se ejecutará.
El plan contempla también que el solar de más de 240.000 metros cuadrados en el que el promotor urbanístico Vicenç Grande propuso levantar un hotel con velódromo tenga «usos no lucrativos» y albergue «zonas verdes con rutas para caminar y equipamientos municipales». En palabras de Monjo, este solar podría alojar «un palacio de congresos».
Más de 3 millones
El alcalde aseguró que desde la presentación del plan, el Ajuntament ya ha invertido «entre 3 y 4 millones» de euros ejecutando algunas de las propuestas que contenía.
El plan estratégico también prevé la construcción de una variante y la ampliación del puerto deportivo, entre otras medidas.
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