La casa inacabada de John Barry en Santa Margalida se alza en un montículo cerca de la Vila, con unas estupendas vistas a la bahía de Alcúdia y al Pla de Mallorca. | M.Cladera

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Un ciudadano ha solicitado a la ADT (Agència de Defensa del Territori), dependiente del Consell, que declare la caducidad de la licencia concedida a John Barry en 1974 para levantar una mansión en la cima de un montículo cerca de la Vila. Las obras comenzaron, pero no acabaron, y la edificación se halla, 43 años después, «en estado ruinoso».

El mismo ciudadano ya hizo esta misma petición ante el Consistorio viler hace un año y medio, pero el Ajuntament de Santa Margalida, presidido por Joan Monjo, «no ha iniciado ningún trámite», señala en el escrito registrado ahora ante la ADT.

El denunciante interpreta que al amparo de la Ley 2/2014, de ordenación y uso del suelo, «corresponde declarar la caducidad de la licencia y la extinción de sus efectos previa tramitación del correspondiente expediente». Esta persona admite que la licencia para hacer el chalet no tenía una fecha límite para acabarlo, pero esgrime una sentencia del Tribunal Supremo que confirma que la caducidad de la licencia «es aplicable aunque se otorgase sin un plazo determinado de ejecución».

Por otro lado, el denunciante indica que «en las últimas semanas –en referencia al mes de octubre de este año– «se han visto movimientos» en la mansión de Barry «que podrían tener como objeto la continuación» de las obras. En este sentido, recuerda que un artículo del Reglamento General de la Ley del Suelo dice que no pueden continuarse las obras, «aunque no se haya declarado expresamente la caducidad de la licencia». Acaba el escrito pidiendo que se tomen medidas con tal de paralizar cualquier actividad presente o futura tendente a la continuación de las obras y que se declare la caducidad de la licencia «ante la inactividad municipal».

No obstante, fuentes de la Agència de Defensa del Territori indicaron este viernes de que la ADT carece de competencias para declarar la caducidad de licencias municipales y que ha contestado al denunciante en este sentido. En 2016 un alemán adquirió la mansión de Barry, en una parcela de 12.000 metros cuadrados. La normativa hoy vigente no permite viviendas en una terreno rústico tan pequeño.