Jaume Tomàs. | Joan Socies

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Desde la última revisión catastral han aflorado en el municipio de Llucmajor 3.400 construcciones que no existían entonces. Es por ello que los vecinos ya han presentado más de 100 alegaciones a la nueva valoración de los inmuebles en zona rústica y urbana.

Así lo ha dado a conocer el regidor de Urbanisme del Ajuntament de Llucmajor, Jaume Tomàs. Explicó que «las revisiones del catastro son un tema reglado y vienen impuestas desde Madrid». Pero para asesorar e informar a los ciudadanos sobre esta revisión catastral y sus consecuencias el Consistorio decidió habilitar una oficina ubicada en la calle sa Fira número 22. El horario es de martes y jueves de 9 a 14 horas y de 15 a 18. Tomàs confirmó que la decisión del Ajuntament de abrir esta oficina ha sido acertada debido a la numerosa afluencia que está teniendo por parte de los residentes para informarse de las notificaciones recibidas. La oficina permanecerá abierta hasta finales de enero o principios de febrero para facilitar a los vecinos la resolución de todas sus dudas o para poder presentar las alegaciones correspondientes. Y es que una de las notificaciones que pueden recibir los vecinos en el próximo recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) del 2018 es que, en algunos casos, deberán pagar la liquidación proporcional de hasta los 4 años anteriores a partir de la revisión catastral.

Tomàs explicó que hace medio año la gerencia del Catastro inició la revisión en zona rústica y urbana en el municipio de Llucmajor. Una vez terminada, el Catastro comunicó al Consistorio que «se habían detectado 3.400 afloraciones, es decir, construcciones que no estaban en el terreno en la última revisión». La afloración de estos elementos tiene como objetivo notificar a los vecinos el aumento de valor catastral del inmueble y esto repercute en el IBI, es decir, si el valor catastral sube también lo hace el recibo del IBI.