La plaza d’Espanya se llenó de niños, al mediodía, para disfrutar de un espectáculo de circo a cargo del Circ Bover. | Antoni Pol

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Esta vez no se tuvieron que cancelar actividades ni nadie tuvo que sacar el paraguas. A diferencia de las dos ferias anteriores, este fin de semana el buen tiempo regresó a la capital del Raiguer y permitió a los inquers salir a disfrutar de su Tercera Fira (la última antes del Dijous Bo), dedicada a las artes. «Teníamos ganas de fer fira», comentaba un inquer.

Efectivamente, el elevado número de personas que paseaban por las calles y plazas daba a entender que la gente tenía ganas de visitar una feria de otoño tradicional sin estar pendiente del cielo. La feria se fundamentó en la gastronomía –hay que destacar el Certamen Cuines del Món, en la plaza Mallorca, además de las numerosas paradetes de comida que había en el centro–, en la cultura –con varias propuestas musicales, el Rata Market, etcétera– y la artesanía, con una destacada heterogeneidad de oferta en este sentido. La animación en las calles fue igualmente presente, con espectáculos de circo, de danza, etcétera.

Superadas las tres ferias, Inca celebrará el próximo fin de semana la fiesta de Santa Maria la Major y, el próximo 15 de noviembre, la por algunos conocida como «madre de todas las ferias», el Dijous Bo.