El Consistorio tiene previsto utilizar una de las naves para crear allí un centro de interpretación del Massís de Randa. La cesión por parte del Ministerio se prevé en una fase inicial para tres años, y durante este tiempo no se prevé utilizar ni el kilométrico túnel que se adentra en el Puig d'en Femella, ni las instalaciones las antiguas viviendas de los soldados acuartelados allí.
El conjunto militar fue inaugurado en 1957, pero en 2012 los soldados que custodiaban el polvorín abandonaron las instalaciones. Desde entonces, la infraestructura había quedado en desuso. Precisamente al año siguiente, en 2013, el Ajuntament de Porreres solicitó por unanimidad del pleno municipal la cesión de todo el conjunto al municipio. Entre tanto, con la negociaciones iniciadas durante el mandato de Bernat Bauçà, el Ministerio tuvo encima de la mesa una importante oferta de compra de las instalaciones por parte de un particular.
La antigua infraestructura militar está ubicada entorno a la falda del puig, y su zona boscosa tiene la calificación ambiental de Área Natural de Especial Interés (ANEI). La elevación de este punto orográfico es la cota más alta del municipio de Porreres. La construcción del polvorín en Porreres se realizó a la vez que se construyó otro polvorín, el del Puig de Santa Magdalena de Inca. Por este espacio, en 2008, el entonces senador Pere Sampol ya solicitó al Gobierno central su cesión al Ajuntament de Inca para reconvertirlo en albergue juvenil.
En el caso de Porreres, estos tres años de cesión han de servir para que el Ajuntament invierta en la creación del centro de interpretación un total de 60.000 euros procedentes de las compensaciones ambientales que debe abonar la cantera de Son Amat.
Además, según indicó la alcaldesa de Porreres, Xisca Mora, «en estos tres años el Consistorio también deberá analizar los costes de la reforma, mantenimiento y utilización del resto de espacios».
Uno de los elementos más destacados existentes en las instalaciones es el túnel y el amplio espacio boscoso que forma parte de la zona ANEI. El túnel construido hacia el interior del monte tiene una longitud de 1,2 kilómetros e incluye naves adyacentes en los laterales que le suponen una extensión de 300 o 400 metros más de terreno. La cesión de este antiguo polvorín abre un amplio abanico de oportunidades para el uso municipal. Entre ellas podría servir de almacén para la brigada, base de operaciones para la agrupación de Protección Civil, o incluso la posibilidad de crear un refugio. Pero todo ello depende de una segunda fase que supondría ampliar la cesión, por parte del Ministerio, de todo el conjunto durante un mayor número de años.
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