Puntual como siempre, la suelta de Can Picafort comenzó al mediodía con unas dos mil personas observando en tierra y más de cuatrocientas en el agua a la espera de capturar algún pato de goma que además llevara premio. | Teresa Ayuga

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El teniente de alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo, anunció este domingo en la suelta de patos de Can Picafort que «se estudiará la realización de una consulta popular para que el año que viene los patos sean de papel en lugar de plástico».

La propuesta nace por «las quejas que recibimos de muchos vecinos que nos dicen que utilizar artículos de plástico en el mar ofrece una imagen contaminante y por eso propondremos utilizar patos de papel que es un material biodegradable y respetuoso con el medio ambiente».

Esta posible consulta se llevaría a cabo en todo el municipio, desde Santa Margalida a Can Picafort y en Son Serra de Marina, donde también se celebra una suelta de patos de plástico a finales de julio y en caso de obtener resultados positivos se estudiaría la forma de utilizar ya los patos elaborados con papel para las fiestas del año que viene en los dos núcleos donde se celebran.

Cabe recordar que en 2006 se prohibió la utilización de patos vivos en las sueltas y, aún con algún amago de soltar los animales vivos por parte de personas contrarias a la normativa, desde ese año se vienen utilizando los de plástico.

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Gran ambiente

El tiempo agradable provocó que ayer al mediodía la zona frente al hotel Mar y Paz de Can Picafort se llenara de público media hora antes de comenzar la suelta de patos de goma. La organización calcula que fueron unas dos mil personas las que siguieron los intentos de los bañistas, más de cuatrocientos, para capturar las figuras de color amarillo que se lanzaron desde las embarcaciones que nada más arrancar el evento estaban rodeadas de nadadores en busca de su trofeo.

Una vez capturados los más de mil patos de plástico numerados, los participantes se acercaron al escenario donde se procedió al sorteo de los 170 premios donados por las empresas, comercios y la asociación hotelera de Can Picafort.

Hubo quien se conformó con agarrar una pieza en el mar y algunos, más listos, utilizaron pequeñas barcas hinchables para tener más posibilidades de conseguir premio. Quizá ha sido este año el último en el que en Can Picafort y en Son Serra el objetivo haya sido un pato de plástico.