La planta de ósmosis inversa de Muro lleva más de una década en desuso y ocupando una nave municipal que el Ajuntament quiere destinar a una nueva potabilizadora que permita abastecer el suministro de agua con sus propios pozos. | C. MORENO

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El Ajuntament de Muro custodia desde hace más de un década una planta potabilizadora que, en 2008, vendió al Govern por 325.000 euros y que nadie ha retirado hasta la actualidad. La venta de esta instalación, ahora obsoleta, se realizó a través de la Agència Balear de l’Aigua i de la Qualitat Ambiental (Abaqua), empresa pública dependiente de la Conselleria de Medi Ambient, que a su vez debía cederla por 20 años al Ajuntament de Es Castell, en Menorca, según un convenio firmado entre ambas administraciones en enero de 2009.

La vieja maquinaria se ha convertido en un problema para el Ajuntament de Muro, puesto que ocupa una nave que se quiere destinar a una nueva planta para tratar el agua de los pozos del municipio, no potable por exceso de nitratos. Así está contemplado en el pliego de condiciones del concurso para adjudicar el suministro de agua potable que el equipo de gobierno (CDM, PP y Pi) ha aprobado en solitario. El alcalde de Muro, Toni Serra, reconoce que en el Ajuntament consta que se efectuó el ingreso de los 325.000 euros y posteriormente nadie la ha reclamado.

«No sabemos qué hacer con ella y queremos una potabilizadora nueva para poder aprovechar nuestros pozos y no tener que comprar tanta agua», señala el alcalde. La venta de esta planta también supuso un «alivio» para el Ajuntament de Muro, que había invertido en ella unos 600.000 euros y luego apenas estuvo en funcionamiento. «Con su venta pudimos recuperar casi la mitad de la inversión», señala Serra, por entonces concejal de Medio Ambiente. El portavoz de Més, Miquel Àngel Tortell, cuyo partido votó en contra del concurso para privatizar la gestión del agua potable, se ha mostrado crítico con esta operación. «La potabilizadora costó 670.000 euros y funcionó muy poco tiempo, porque la red municipal era de los años setenta, con pérdidas entre el 45 y 47 % que no se calcularon, y las tuberías no soportaban la presión. Pero si el Ajuntament la cobró, habría que ver qué se ha hecho con este dinero», reclama.

El convenio para el traslado e instalación de la potabilizadora de Muro a Es Castell fue rubricado por el entonces conseller de Medi Ambient y presidente de Abaqua, Miquel Àngel Grimalt (UM), y el exalcalde de Es Castell, Joan Cabrera (PP). El convenio cita que el desmonte, traslado y nueva instalación de una primera línea de ósmosis inversa en el municipio menorquín tendría un coste de otros 855.000 euros, a cargo de Abaqua, mientras que Es Castell debía invertir 882.000 euros en su mantenimiento, ejecutar sondeos y pozos y construir el emisario de la salmuera. El convenio tiene vigencia hasta el 31 de diciembre de 2028 y se creó una comisión de seguimiento del mismo formada por cuatro personas. Pero la planta sigue en Muro.