Instalaciones del centro de tipificación del cordero de la Cooperativa Pagesa de Pollença. | Elena Ballestero

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La sequía que sufrieron los payeses de febrero a septiembre ha provocado que esta campaña de Navidad haya un excedente de corderos lechales en el mercado. Los ganaderos no quieren esperar a engordarlos porque hay escasez de alimento ya que sufrieron las consecuencias de la sequía pasada.

A pesar de la situación, los productores han conseguido mantener estables los precios hasta el momento. La semana pasada lucharon para que el precio solo bajara 20 céntimos, manteniéndose así 30 céntimos por encima del precio que se manejaba hace exactamente un año. El lechal se ha pagado en lonja la última semana a 7,90 euros la canal. Hoy se revisará de nuevo esta cifra.

Martí Solivellas, presidente de la Cooperativa Payesa de Pollença, muestra su preocupación ante la posibilidad de que, en caso de que no pueda darse salida a todo el género, los precios acaben cayendo en picado.

En la última semana la cooperativa ha sacado a la venta 600 corderos, 150 menos que el año pasado, pero de un tamaño más homogéneo, mayoritariamente lechales. «Lo ideal sería evitar grandes escalones, cuando hay corderos de canal pequeña y grande es más fácil darles salida», dice. Al excedente de lechales criados en Balears se le suma la carne importada de Europa.

Sello local

El sector reivindica la creación de un sello que identifique la carne de Balears y que permita al consumidor diferenciarla del resto con independencia de dónde se envase el producto. Pese a lo complicado de la campaña navideña los producto