El rector Xisco Vicens (izquierda), junto al vicario Danilo de Urzeda. | PARROQUIES POLLENÇA

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El rector de Pollença Xisco Vicens y el vicario Danilo de Urzeda llevan tiempo demostrando que son hombres de recursos que no se doblegan ante las dificultades. Tras recibir la orden de cerrar al público las iglesias por la crisis del coronavirus los sacerdotes han decidido subir al Santísimo a lo más alto de los campanarios para que cuando sus fieles miren hacia ellos hagan las plegarias que harían ante el Santísimo.

«La nueva normativa nos prohíbe abrir las iglesias, pero eso no es motivo para que no podamos hacer la plegaria ante el Santísimo. Desde siempre los campanarios de nuestras iglesias han sido un referente y señal de que llegábamos a casa.

En la parroquia de Pollença y en la del Port de Pollença hemos transformado nuestros campanarios en grandes sagrarios. Hemos subido el Santísimo al lugar más alto del nuestros templos, así, cuando miréis al campanario hacéis la plegaria que habríais hecho ante el sagrario. Dios esta allí y os escucha y no le viene de un par de metros». Este mensaje que los religiosos compartieron a través del perfil de Parroquies de Pollença en Facebook esta triunfando en las redes sociales.

El rector Xisco Vicens explica que «no es una idea solo mía sino también de Danilo; se nos ocurrió a los dos, subir el Santísimo lo más alto posible pero siempre sin dejarlo a la intemperie». «En el Port, como tenemos el campanario cubierto lo hemos puesto en el interior y en Pollença, como las campanas están al aire libre lo hemos puesto junto a las esferas del reloj», relata.

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Iniciativa

A título privado ambos sacerdotes siguen celebrando la eucaristía y avisan a los fieles haciendo sonar las campanas por si se quieren sumar desde casa. «No nos planteamos retransmitir la eucaristía por no multiplicar, aunque no descartamos hacer un streaming durante la Semana Santa», dice el rector de Pollença, muy activo en redes sociales.

Vicens explica que, además de celebrar la eucaristía a puerta cerrada, las parroquias también dan el responso en el cementerio. «Cuando nos lo piden y con un número muy reducido de tres personas».

Lamentablemente, Pollença ha tenido esta semana la primera muerte de uno de sus vecinos que había dado positivo en coronavirus: una mujer de avanzada edad que vivía sola. «Es una lástima, una gran pena, era una mujer encantadora», dice Vicens. El rector explica que en caso de que se les requiera pueden dar la extremaunción como «servicio de emergencia».