Daños a simple vista. La presencia del mildiú en las viñas es muy llamativa. La enfermedad comienza afectando al tallo de las plantas, desde donde se desplaza hasta las hojas, decolorándolas. La última etapa es afectar a los racimos, de los que llega a secar una gran parte. | curro viera

TW
15

A la difícil situación que viven los productores de vino, como tantos otros sectores, debido a la pandemia, se ha unido este año la presencia de uno de los grandes enemigos de las viñas, el mildiú de la vid.

La presencia de este organismo eucariota en las plantas es un hecho que se repite con cierta periodicidad, aproximadamente cada seis o siete años. Sin embargo las condiciones de este 2020 en lo climatológico, con un índice de humedad durante la primavera y el inicio del verano especialmente alto, han sido las ideales para que haya afectado de manera muy significativa a los cultivos.

Consecuencias

Con unos meses de marzo y abril especialmente cálidos, la llegada después de intensas lluvias y un mes de junio menos cálido de lo habitual, las esporas del mildiú han encontrado sus condiciones ideales. La sintomatología en las plantas ofrece pocas dudas a los viticultores, ya que en las hojas aparecen una manchas de color amarillento inconfundibles. Sus consecuencias principales son un deterioro general de la planta y una disminución considerable de su producción, ya que ha afectado a los racimos en plena formación.

Junto a la Xylella fastidiosa, esta es una de las peores enfermedades que pueden padecer las viñas, según el biólogo y viticultor aficionado Hipólito Medrano. En su finca a las afueras de Inca, donde desde hace unos años cultiva la vid de forma totalmente ecológica, el mildiú se ha cebado especialmente con la variedad malvasía. Las claves para combatirla, en su caso siempre desde el punto de vista ecológico, pasan por fortalecer la planta para que ella misma consiga desarrollar los mecanismos para sanar.

En ese sentido, Ramón Servalls, responsable de las bodegas Macià Batle de Santa Maria, comenta que la mejor herramienta ha sido siempre la prevención, «hacer los deberes cuando toca». En sus viñas han podido controlar bastante bien este problema, que reconoce ha sido especialmente virulento este año. Entre sus vides, las más afectadas han sido las de la variedad manto negro, ya que el periodo de invasión de estas esporas coincide con el de floración de la planta.

Una visión más optimista sobre la situación es la de José Luis Roses, presidente del CRDO Binissalem y responsable de las bodegas José Luis Ferrer de Binissalem. En su opinión, la afectación en esta zona ha sido menor que en otras de la Isla, debido a que se han registrado unos índices de lluvia ligeramente inferiores, siendo el exceso de humedad la principal causa de aparición del mildiú. Como contrapartida, Roses apunta que puede que el descenso en la producción sea menos problemático de lo que se podría esperar. En la situación social actual y con la restauración mucho menos activa que en otros años, es de esperar que la demanda de vinos caiga significativamente, con lo que disminuiría el impacto del mildiú y la reducción en los litros de vino al final de la campaña.