La estrecha sala de plenos de Binissalem contó este jueves con mayores medidas de seguridad sanitaria. | Juanjo Roig

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Los binissalemers y binissalemeres ya habían asumido que este año las fiestas del Vermar serían distintas. Lo que muy pocos imaginaban es que en estas fechas en las que en condiciones normales se estaría preparando la multitudinaria Batalla de Raïm, la contienda se iba a trasladar a la sala de plenos.

El alcalde Víctor Martí presidió este viernes la sesión extraordinaria que había convocado para someterse a una moción de confianza vinculada a la aprobación del presupuesto municipal de 2020. Como ya anunciamos ayer en Ultima Hora la oposición, formada por PP, PSIB-PSOE y Més, rechazó el apoyo a Martí, por lo que ahora se abre un periodo de un mes en el que los tres partidos deben presentar una moción de censura o en caso contrario las cuentas se aprobarán automáticamente.

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Fue Martí quien comenzó la sesión argumentando las razones por las que ha decidido presentar esta moción de confianza, «aún a riesgo de perder la Alcaldía», como declaró en su discurso. Calificó de «suicidio e irresponsabilidad para la economía municipal» el bloqueo de los demás partidos y prometió «un ayuntamiento saneado para 2023». Por último se dirigió a la oposición para avisarles de que «no es lo mismo estar sentado en esta silla que en la que vosotros estáis ahora».

El turno de réplica arrancó con la portavoz del PSOE, Pepa Ramis, que utilizó el término «estrategia» para definir la cuestión de confianza. Tanto los socialistas como el PP ya declararon a este periódico que se abría un periodo de «posibles pactos», según los ‘populares', y de «reflexión y cambio», según el PSOE. En esta ecuación falta por saber el cantet de Més, en la moción de censura, y quizá Víctor Martí juegue con esta baza para asegurarse la aprobación directa de las cuentas.

Los tres partidos de la oposición atacaron directamente la gestión del equipo de gobierno y en especial del alcalde. Ramis recordó que «no ha habido consenso, debate o negociación de los presupuestos», mientras que Aurora Mateu (Més) usó palabras como «amiguismo, clientelismo y victimismo» para referirse al talante del Martí y no tuvo reparos en decirle que «si fuese un alcalde como toca, presentaría la dimisión». Andreu Villalonga (PP) respaldó la «falta de negociación en los presupuestos» y recordó que «según los técnicos, el ayuntamiento se verá obligado a presentar un plan de ajuste económico de dos años».