Las calles de Artà desde este miércoles recuerdan a Llorenç Muntaner Riera -Pintat- Joan Escanellas Moll -Tet i Rei-, Bartomeu Ginard Genovard-Butler- y Vicenç Miquel Piris-Pirris. Cuatro piedras de color de plata lucen ya frente a las casas donde vivieron o trabajaron estas cuatro víctimas de la represión franquista como un pequeño homenaje a sus vidas.
El Govern instaló este miércoles las primeras piedras de la memoria, vinculadas al proyecto Stolpersteine, en un acto muy emotivo al que asistieron el secretario autonómico de Memòria Democràtica, Jesús Jurado; el alcalde de Artà, Manolo Galán; la presidenta de Memòria de Mallorca, Maria Antònia Oliver, junto a los familiares de los represaliados. El investigador Jaume Morey explicó, antes del momento de la colocación, la historia de cada una de estas personas.
Las piedras contienen una placa de acero inoxidable con información de la víctima, nombre, lugar de nacimiento, donde fue detenida, encarcelada o asesinada.
El alcalde, Manolo Galán, destacó «la gran labor llevada a cabo por Memòria de Mallorca. Era un deber que teníamos con nuestros vecinos. Es un acto agridulce porque, por una parte, se hace un homenaje, pero por otra es triste recordar como no pudieron caminar por nuestras calles, como estas personas fueron privadas de libertad». Jurado manifestó que «hemos empezado a pagar la deuda democrática que teníamos hacia las víctimas asesinadas hace 85 años». Desde Memoria de Mallorca, Oliver destacó que «es un homenaje en la calle, la memoria de estas personas está en su calle, en su pueblo, entre sus vecinos».
Los familiares que asistieron a la colocación se mostraron muy agradecidos. «Todo el mundo que pase por nuestra calle sabrá que aquí vivió en Tomeu Butler. Durante mucho tiempo se tuvo que silenciar y esconder la pena». Eran las palabras de Francesca Ginard, una familiar que se mostró muy emocionada.
Vicenç Miquel, nieto de Pirris, contó que «durante muchos años mi abuela tenia miedo cuando pasaba un avión. Era un tabú hablar de la guerra». Esta semana se colocarán otras piedras en Sant Llorenç, Algaida, Manacor y Palma.
Hablando de adoquines, habría que acordarse del lamentable empedrado de la Plaça d'Espanya de Palma, digno del Tercer Mundo o de un espacio postnuclear o distópico como se dice ahora.
No me impresiona la expresión "memoria histórica", sino todo lo contrario. Creo que la "memoria" está sobrevalorada, como muy buen saben los historiadores, inspectores de policía, etc. Su validez se limita a unos meses, a la diferencia de otras fuentes históricas y se caracteriza por dar pábulo a lo subjetivo y a manipulaciones.
2 comentarios
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Hablando de adoquines, habría que acordarse del lamentable empedrado de la Plaça d'Espanya de Palma, digno del Tercer Mundo o de un espacio postnuclear o distópico como se dice ahora.
No me impresiona la expresión "memoria histórica", sino todo lo contrario. Creo que la "memoria" está sobrevalorada, como muy buen saben los historiadores, inspectores de policía, etc. Su validez se limita a unos meses, a la diferencia de otras fuentes históricas y se caracteriza por dar pábulo a lo subjetivo y a manipulaciones.