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¿Por qué muchas casas de fora vila en Mallorca tenían en el pasado, y algunas conservan aún en nuestros días, parte del pavimento hecho con macs de torrent, guijarros y cantos rodados procedentes del mar, y otro tipo de piedras conglomeradas, especialmente cerca de la entrada? Probablemente muchos urbanitas desconocerán la presencia de este elemento de construcción, tradicional de la Isla y presente en numerosas viviendas utilizadas desde hace siglos en los entornos rurales, y en los patios de algunas de las más señoriales del casco antiguo de la capital.

Esta cuestión la ha resuelto en las redes sociales Rafel Perelló, uno de los activos usuarios de la comunidad de Facebook Gent de Foravila, la plataforma en la que se explicó recientemente la función de los guardacantons, presentes en numerosas intersecciones del casco antiguo de Palma y en otras muchas localidades de Mallorca, y que ha causado un gran interés entre los lectores de Ultima Hora.

El motivo es sencillo y se explica por la presencia habitual de animales en el ámbito doméstico, animales que tras trabajar en el campo entraban en las cases para descansar y avituallarse unas horas en el establo, antes de retomar la dura labor diaria.

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Este tipo de piso evitaba que las pezuñas de las bèsties –caballos, mulas, animales de tiro en general– resbalaran, tal y como se explica en la siguiente publicación.

Otro usuario, F. Xavier Salas, replica a esta misma publicación en Twitter que «evitar hacerles resbalar era parte de su cometido, pero lo más importante era la dureza del guijarro, marino o de torrente, y así se evitaba que se rompiera el piso de la casa», atendiendo al hecho de que «muchas veces las monturas pasaban con pesadas cargas».